10 may 2002

El Big-Bang-God

Dios, en el tercer minuto de la creación, se dio cuenta de su error: ni siquiera Él es más rápido que la luz. Por un momento se desesperó, mas pronto estuvo a cargo de la situación. Comenzó a cercenarse partes de sí mismo y a ponerlas en cada pedazo de materia fugaz que escapaba. En adelante estaría casi en todas partes, aunque su mano izquierda ya nunca supo lo que estaba haciendo su mano derecha.

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