7 mar 2003

Arrebol de almendras

—¿Por qué? —dije mientras lo abrazaba.

Transido de dolor, escuché a esos labios de arrebol aún más intenso murmurar: —¿Y por qué no?

Dicen que huele a almendras amargas..., yo no recuerdo sino el hedor del vómito a sus pies.

No hay comentarios.: