18 mar 2003

El mismo día en la vida de Ivan Denísovich

Se levanta a las cinco, va al refectorio, regresa, esconde el pan en el colchón, sigue a Tiuren a la lista, comparte una colilla con Tsezar... La eterna y extenuante jornada de trabajo estéril, el anónimo destacamento 104, las inútiles hileras de ladrillo, el cruel Volkovoi de todos los días. Encuentra la misma segueta oxidada de siempre y la esconde en su vieja manopla.

La larga fila para regresar a las barracas.

Después del conteo nocturno Alyosha lee la Biblia para hallar consuelo en la religión. Shukov, como cada noche, se corta la yugular con el trozo de acero; igual que Alyosha, ha perdido la fe —la esperanza vana de que mañana no amanezca otro mañana. Al menos, luego de quitarse la vida, tiene unos minutos de paz antes de despertar al mismo día en la vida de Ivan Denísovich.

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