17 ene 2004

Stromboli


 —Mira —le musita con ternura a su amada— son las golondrinas que vuelven de lugares perdidos.

—No —contesta ella —son mis besos, ávidos de tu boca, que surcan el cielo en pos de su nido.

El profesor Hühnerherz interrumpió, aterrorizado, la escena: —¡Son bombas de lava candente! ¡Es el fin!, ¡¡corran!!

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