12 jun 2004

Genio y figura

Todas las noches llega a casa, se recuesta en el sofá, enciende un habano con la colilla del cigarrillo que aún sostiene entre los dedos, y prende el estéreo. Su esposa le pone las pantuflas y le sirve una cuba.

Siempre la misma rutina, incluso hoy, un par de horas después de que le han diagnosticado cáncer de pulmón. ¿Por qué habría de ser diferente?

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