Termina de desnudarse, aunque esta última etapa la hace con toda
lentitud; son las medias, la tanga y el brassiere lo que más excita a su
espía. Se manosea frente al espejo, mientras de reojo ve la cortina que
se mueve, y espera hasta oír el sordo gemido que indica que su mirón ha
eyaculado.
Ella sabe y sabe que él sabe. En el asilo de ancianos todo se sabe.
7 ene 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario