2 dic 2005

El Teletón: ¡No hay imposibles!

Andaba Jesús en el Templo. Traía su bote del Teletón y clamaba a justos y pecadores para que contribuyeran de acuerdo a su consciencia. En eso llegó un nutrido grupo de artistas, empresarios, políticos y locutores de la televisión, y comenzaron a depositar sus cheques. Al mismo tiempo, una pobrecita viuda, muy anciana —vestida de harapos y costras de mugre— se acercó con nomás dos insignificantes ases.

El Rabí le gritó a Pedro: —¡¡Sáquen de aquí a esta pinche vieja piojienta...!!— y viendo cómo Judas y Santiago la arrastran lejos de Él, añadió— y métanle sus putas monedas por el culo.

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