20 jun 2009

Hoyototote

Caminaba su mismo camino de siempre, pero hoy alguna vaca habría derribado la cerca..., así que no resistió la curiosidad de asomarse al famoso agujero —decían que no tenía fondo— y arrojar una piedra; ¿con qué toparía?, ¿agua, quizá?, ¿arena?, ¿la roca sólida? Dejó caer la más grande y redonda que encontró y se puso a escuchar, al tiempo que escudriñaba la oscuridad que —ésa sí— parecía no tener fin.

Cuando retumbó en sus oídos un fuerte silbido, tuvo la impresión de que una andanada de aire hirviendo le llegaba de arriba, al voltear hacia el cenit vio un bólido que se dirigía hacia él. En el último instante comprendió que era la piedra, ¡la misma piedra!

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