20 dic 2012

Grilletes

En Kandor habitaban los miembros del Concilio que sobrevivieran a la explosión, había una representación holográfica del sol muerto —Rao—, teatros, templos..., muestras de miles de años de arquitectura en Krypton —gran parte de los edificios construidos con auténtica piedra de estrella—. Para Supermán era un dulce nexo con su pasado.

Kandor estaba en su corazón, junto a los diminutos habitantes de la ciudad. Se la había arrebatado a Brainiac y alguna vez pensó en sacarla de esa urna de cristal, pero ahora se sentía como encerrado en ella, con todos los demás.

El transmisor detonó el holocausto nuclear en el Polo Norte, Clark Kent se asomó a Metrópolis desde su ventana. Pocos minutos después llegó Luisa con la noticia: enormes témpanos se están desprendiendo del hielo perpetuo, ¡hay que encontrar a Supermán!

—Supermán... —repitió Clark—, sí, hay que encontrarlo.

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