2 ago 2013

Pithos

Diógenes el Cínico colecciona hombres honestos. Muy de mañana sale con su linterna en busca de algún codiciado espécimen y todas las noches regresa sin haber encontrado nada. —¡Bah! —dice para sus adentros, antes de ir a dormir—, de cualquier modo no tengo donde ponerlos —e insiste, igual para sus adentros, mientras se acurruca en la tinaja—, ¡nomás cabemos mi perro y yo!

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